EL SISTEMA LANCASTER PARA LA ENSEÑANZA.

El Sistema Lancaster de Educación, fue ideado en 1805 por el educador cuáquero inglés JOSEPH LANCASTER   y empleado por primera vez en su colegio de Chelsea (Londres), como un intento de enseñar a gran número de niños con mayor rapidez, mediante su ayuda recíproca. Era sistema de enseñanza diferente al vigente en esa época, que recurría a honores y castigos más racionales que los palmetazos con que se castigaba habitualmente a los alumnos británicos y otras novedosos caminos para lograr mejores resultados en la enseñanza primaria.


JOSEPH LANCASTER

Pero lo más interesante del nuevo sistema consistía en el empleo de �monitores� ya que el docente (Maestro/Director) era asistido por un grupo de instructores subordinados, seleccionados de entre los mismos alumnos y cada uno de ellos, le enseñará luego a un grupo determinado de niños. Gracias a este económico ardid, un solo profesor podía controlar eficazmente a cien alumnos. El nuevo método había enfrentado, sin embargo, una decidida oposición de la Iglesia Anglicana (muy poderosa en Inglaterra) que le criticaba limitar la enseñanza de la religión a la simple lectura de la Biblia, sin añadir el Catecismo ni definirse acerca de ninguna secta reformada.

“Quizás no lo haga tan bien como con los antigüos métodos, pero al menos la enseñanza estará al alcance de mayor número de personas”�, decía Thompson sobre su sistema. Y explicaba que este método pedagógico solo requería un maestro por escuela, sin tener en cuenta la cantidad de alumnos que concurrieran. Este maestro, que a la vez era el Director, debía instruír suficientemente a varios alumnos seleccionados (elegidos entre los más capaces), que a su vez, debían enseñar luego a un grupo de 10 niños como máximo, utilizando el método seguido para capacitarlos a ellos. Era en realidad un tipo de enseñanza mutua, efectuada por medio de instructores.

El 18 de junio de 1818 llegó a Buenos Aires DIEGO G. THOMPSON, quien representando a la Sociedad Lancasteriana Inglesa y a la Sociedad Bíblica, llegaba para difundir el sistema en América,  logrando que rápidamente éste ganara adeptos entre los países que acababan de  conquistar su independencia, ávidos de promover la instrucción pública. En Buenos Aires, el método propuesto por Lancaster ya era conocido en 1816, pero recién  comenzó a ganar adeptos a partir de entonces

A poco de su llegada, el señor THOMPSON realizó una entusiasta defensa de este método y se ofreció para ponerlo en práctica, comenzando por en sólo algunas escuelas primarias de la ciudad de Buenos Aires y aunque al principio no halló buena predisposición entre las autoridades y los educadores, en 1819, el Cabildo de Buenos Aires, lo autorizó a fundar una Escuela Lancasteriana  modelo, e iniciar adiestramiento  de maestros en ese método. Por el año 1821, ya funcionaban ocho de esas Escuelas en Buenos Aires, incluyendo una para niñas, fundada por JOSÉ CATALÁ y dirigida por la  señora HYNE. También se fundó una Sociedad Lancasteriana para que la obra siguiera avanzando y para promover actividades culturales conexas.

La Sociedad de Beneficencia adoptó el uso del método Lancaster  en sus Colegios para niñas y cuando se estableció el Departamento de educación primaria (o elemental), en la Universidad de Buenos Aires, el sistema de “enseñanza mutua  o por método Lancaster, se hizo obligatorio.

El movimiento se difundió entonces rápidamente por las provincias. La primera Escuela argentina lancasteriana la estableció el ciudadano chileno SOLANO GARCÍA en Concepción del Uruguay (provincia de Entre Ríos) y fue PASCUAL ECHAGÜE quien introdujo el sistema en la provincia de Santa Fe. Luego, en 1822 la Escuela Normal de Maestros de Paraná adoptó el sistema; en Salta fue JUAN ANTONIO ÁLVAREZ DE ARENALES quien lo introdujo ; a Tucumán llegó llevado por ARÁOZ DE LAMADRID y a Mendoza llegó en 1822 introducido por el Doctor JUAN CRISÓSTOMO LAFINUR.

BERNARIDO RIVADAVIA, trajo  al erudito español PEDRO BALADIA, para que coordinara la aplicación del sistema en Escuelas de Buenos Aires (en la campaña ya exitían dieciséis escuelas que lo aplicaban), pero no tuvo éxito y prefirió establecer su propio Colegio particular, conocido como el “Gimnasio Argentino”.

En 1828 llegó al país JOSÉ ANDRÉS GARCÍA, enviado por la Sociedad Lancasteriana de Londres y fundó la Escuela Infantil en Buenos Aires, una escuela elemental donde se aplicaba el sistema, mientras que ese mismo año, PEDRO DE ÁNGELIS fundo su Escuela Lancasteriana.

Durante los primeros años de la aplicación del sistema, tanto el Gobierno como la Iglesia Católica (a pesar de los esfuerzos que realizaba TTHOMPSON en favor de los protestantes), habían auspiciado y apoyado efectivamente el movimiento lancasteriano por los beneficios que éste parecía prometer, pero las reformas eclesiásticas de RIVADAVIa, comenzaron a suscitar divergencias entre quienes lo apoyaba y quienes lo consideraban una forma sutil de introducción de la Iglesia Metodista. La Iglesia y los conservadores comenzaron a manifestar su oposición  expresando que las escuelas lancasterianas reflejaban la negligencia política de los liberales y disminuía, casi en proporción directa al acrecentamiento del poder católico.

El resultado fue que pronto se apagaron los fuegos del entusiasmo por este sistema. Hoy sólo queda reconocerle el mérito de haber traído un beneficioso ímpetu al sistema educativo argentino. En Mendoza, provincia donde tuvo su mayor éxito, siguió vigente hasta 1883, pero en el resto del país, en menos de dos décadas cayó en desuso, a partir de la sanción de la Ley 1420 del 8 de julio de 1884, mediante la cual se definieron las características, métodos y metas del sistema educativo argentino.

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