José Francisco de San Martín (1778-1850)

Fue iniciado en 1808, en la Logia Integridad N° 7 de Cádiz, siendo venerable de la misma su superior, el General Solano, marqués del Socorro, de quien era edecán. Ese mismo año, Solano fue linchado por una turba en la convulsionada Cádiz: lo acusaban de no atacar con suficiente rapidez a la flota francesa. A punto estuvo San Martín de correr la misma suerte, pues incluso lo confundían físicamente con Solano, que también era americano, nacido en Caracas.

Más tarde se afilió a la logia Caballeros Racionales N°3, en la que ese mismo año fue exaltado al grado de maestro. Después de participar en la batalla de Albuera, el 16 de mayo de 1811, San Martín pasó al Regimiento de Sagunto. El 6 de septiembre de ese año pidió la baja del Ejército Español, que le fue concedida (¡velozmente!) el día 12, con autorización para trasladarse a la ciudad de Lima, a fin de atender asuntos personales, según consta en su solicitud. Esta licencia fue notificada al virrey del Perú.
El 14 de septiembre de 1811, se embarca en un buque inglés con destino a Londres, donde permanecerá cuatro meses. Uno de sus primeros pasos fue concurrir a la casa de Francisco de Miranda (el Precursor) en Grafton Street. Ni Miranda ni Bolívar se encontraban allí: habían dejado Londres el año anterior, pero permanecían los familiares del dueño de casa, Andrés Bello, Luis López Méndez y el secretario de Miranda, Tomás Molini, con su esposa.

En ese domicilio funcionaba la logia Gran Reunión Americana, donde San Martín y Matías Zapiola fueron promovidos al quinto grado de la Masonería. Allí conocieron a numerosos americanos residentes. Después de 1811, fue uno de los fundadores de la Logia Caballeros Racionales N° 7, cuya veneratura ejerció Alvear. También mantuvo contacto con prominentes masones ingleses, conociendo los planes del escocés Thomas Maitland y su grupo parlamentario, encabezado por Sir James MacKintosh, destacado masón, partidario de la independencia americana, amigo a su vez de Thomas Alexander Cochrane, que sería el almirante de la flota cuasi británica que cubrió, desde el Pacífico, el avance de San Martín de Chile al Perú.

En síntesis, los cuatro meses que San Martín permanece en Londres le permiten ultimar los planes que ya tenía ideados. Todo con estricta reserva, ya que, a diferencia de Miranda, sólo escribía cartas, en las que no delataba sus propósitos.
El 19 de enero de 1812, con todo arreglado por el conde de Fife (James MacDuff), junto a Alvear, Holmberg, Zapiola, Chilavert y otros, aborda la fragata George Canning rumbo a Buenos Aires.

Dijo el historiador chileno Benjamín Vicuña Mackenna: "El General San Martín trajo en 1812 a la revolución americana los dos elementos más poderosos que desarrolló su genio y con los cuales al fin la hizo triunfar, a saber: las sociedades secretas y la estrategia. Las primeras fueron el gran resorte político del Libertador".

El lunes 9 de marzo de 1812, San Martín desembarca en Buenos Aires. Siete días después (otra vez, inusitada rapidez) el gobierno superior provisional le otorga el grado de teniente coronel de Caballería, nombrándolo comandante del Escuadrón de Granaderos que habría de organizarse.

Mientras se ocupaba de su faena militar, San Martín tomaba contacto con los masones de Buenos Aires, en especial con Julián Baltasar Álvarez, de la Logia Independencia. Junto a Zapiola y Alvear levantan el "triángulo" de la Logia Lautaro N° 1. La integrarán los masones iniciados en Cádiz o Londres: Anchoris, Guido, Zufriátegui y Malther. Después ingresarían Cornelio Saavedra, Manuel Belgrano, Bernardo de Monteagudo, Manuel de Anchorena, Julián Álvarez, Manuel Pinto y otros. A comienzos del año siguiente, la logia contaba ya con 55 miembros.

Hasta aquí los hechos consignados en el libro Masonería Unión del plata- Historia de la Augusta y Respetable Logia Madre, firmado por Rolando Bompadre, y con fuentes en el propio archivo de la Gran Logia de la Argentina.
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